Idiotez colectiva...


Si tiene otra idea que pueda enriquecer o defender esta gran mierda, favor de ir a comentarios...

Back in time


¿Quién no checó alguna vez los thundercats?. Recientemente compré los capítulos y la meritita verdad me latieron como en antaño solían hacerlo. Dentro de las peripecias propias de cada aventura, siempre concluyen con sus consejos sabios para el televidente creando conciencia (ohh si). Aplausos para los felinos cósmicos...

La secu

Recuerdo el primer día. Era una mañana soleada de esas que invitan a sonreir sin motivo aparente o simplemente sentirse con ganas de algo, lo cual no era mi condición. Eran mis nuevos recorridos como copiloto en la nave de mi papá. La adrenalina no había menguado desde la noche anterior, ahora se acrecentaba más por lo inesperado, por lo que vendría. Cuando tienes 12 años el mundo suele tomar ese aire de espanto ante lo ajeno, ante lo desconocido me decía.
Bajé del auto, los pasos me fueron acercando de a poco a la inolvidable secundaria. Si, ahí estaba frente a la transición inminente, sin gente conocida, sin ganas de hablar, sólo seguía entre pasos nerviosos el tumulto hacia el patio central. Gente, mucha gente se congregaba en el recinto, los grupitos de segundo o tercer grado se arremolinaban lanzando miradas que te dejaban literalmente a su merced (como marranito ante la encrucijada del verdugo), dura sensación. Tachuela (mote que se ganó la prefecta meses después) nos indicaba el lugar para el rebaño de imberbes que asentía con la carilla adormilada, algunos estupefactos y otros más sonrientes como si nada pasara (aún me sorprende esa naturalidad que algunos toman ante lo nuevo), los cuales con el tiempo serían los populosos del primer año, ya saben eso que siempre sucede con la gente que le dicen buena onda.

El acto protocolario tardó más de una hora, entre honores a la madre patria, el himno de secundarias técnicas y palabras de aliento para el año escolar que daba inicio. Ahí entre el tumulto, observaba las instalaciones, a las niñas de grados avanzados que ante mis pupilas eran más bien mujeres bien formaditas, caras desconocidas, caras de niños y adolescentes mezclados en una sopa de letras y risas jocosas . Fueron bajando los nervios hasta el punto en que intercambié palabras con Arturo mi primer cuate en esos años al que apodariamos "brazos " por su peculiar aspecto. Buen cuate este brazos. ¡Qué día aquel! sigue grabado con mil sensaciones que no puedo decifrar...

Detalles como este tuve la oportunidad de traerlos al presente hace casi una semana al ser invitado a una reunión por parte de aquellas personitas que esa mañana de 1992 daban inicio a una etapa más en sus inexpertas vidas, llena de experiencias nuevas, disputas, amor telenovelero y demás suculentas aventuras propias de la edad, pero sobre todo amistad que fue lo que quedó de aquellos momentos que recuerdo con un dardo de nostalgía en la memoria. El domingo pasé caminando frente a la secu para enmarcar el momento, me quedé ahí mirando un largo rato...