Dicen por ahí que'pa empezar el día no hay como unos corn flakes, eso si, con mucha lechita y si el horno está para bollos en estos tiempos de crisis, puedes agregar algo de fruta pa'que amarre.
Paso 1: Vertir las hojuelas en un plato hondo, disfrutar del chasquido al contacto con el recipiente como una de esas tardes lluviosas, típicas de tu región (si te gusta la lluvia).
Paso 1: Vertir las hojuelas en un plato hondo, disfrutar del chasquido al contacto con el recipiente como una de esas tardes lluviosas, típicas de tu región (si te gusta la lluvia).
Paso 2: Añadir azúcar para endulzar las cosas, así no te sorprenderán los corajes o tristezas durante el día.
Paso 3: Si tienes a la mano fruta, pues métele algo de sabores exóticos. De esta manera elevarás tu ki, te convertirás en un dandy y podrás conquistar a la chica de tus sueños.
Paso 4: Agregar la suficiente lechita bañando bien el contenido. Nota: no te pases de leche porque se pierde la crujiente sensación y eso es inoperable para un buen platillo.
Paso 5: Revolver como albañil la mezcla hasta darle el toque deseado. Probar de vez en vez por si los granulitos azucareros no han muerto en la batalla.
Paso 6: Sentarte en tu cama, buscar los programas estúpidos de mañana y empezar con el festín.
Advertencia: Si notas que tu platote de corn flakes no se ve igual que en la cajita, no te desanimes, la imagen que ves entre lagañas es la puritita mercadomierda haciendo su función. No lo tomes en cuenta y disfruta tu creación.
Buen provecho y empieza el día como un campeón.