Intento

DORMIR UN SUEÑO
Recostada a mi lado con ropas ligeras, enredado entre tus piernas sugerentes y de manufactura curiosa te veo dormir, no quiero despojarme de ese calorcito que emana tu vientre diciendo que las cosas son mejor en compañía. "La felicidad es mejor cuando es compartida" me viene de pronto a la mente. Dichoso es el que experimenta estos ratitos. La noche resbala por la ventana, me aprietas contra tu figura y no me queda más remedio que depositar un beso en tu frente, acariciar el perfil de tu cuerpo y encontrar tu seno desnudo implorando continuar. De a poco voy quitándome lo poco de ropa que me queda, sigues ahí ausente, perdida en un lugar al cual quisiera pertenecer. El sueño ajeno siempre tan tajante, ¿Puedo pasar? te pregunto en silencio. No escuchas, sólo arremetes contra mis ganas burlándote de mi enfermiza inestabilidad con tu respiración tranquila al borde de mi hombro. Suspiro. Soy presa del momento, presa de tu mundo, presa de tus antojos que van y vienen como el tránsito en las calles.

Me levanto, prendo un cigarro, busco entre los cd's, le doy play para enmarcar el momento "You're all i need" se escucha suavemente. Estremece mi mente. Me reflejo en el espejo completamente desnudo, comprendo que soy muy frágil y que tal vez no soportaré el desenlace, los ojos se entibian con los recuerdos. ¿Cuántos serán capaces de redimirse ante lo inevitable?, sólo los que van de allí para allá por la vida sin asomarse a lo profundo, le temen, son cobardes sin remedio –pienso-. Muere el cigarro contra el cenicero, contemplo desde la ventana la vida alocada y el tumulto de las masas. 2:50 a.m. no deseo despertarte, de puntillas me acerco a nuestro lecho de complicidad, ahí donde las batallas de noche terminan en un exhaustivo abrazo, donde las discusiones se tornan en sonrisitas coquetas, disculpas y promesas, donde tus piecitos buscan el calor de los míos y en ocasiones con ayuda de tus piernas se elevan hasta mis oídos para platicarles que esto vale la pena si así continua. Me recuesto nuevamente.

De un mundo ajeno abres tus ojitos adormilados. Alcanzas mi mejilla y la besas tiernamente. Giro en torno a tu cuerpo, quédate completamente desnuda (susurro), alcanzas la conciencia y sonríes como sólo tú sabes hacerlo a sabiendas de lo que quiero. Te despojas de lo que quedaba, de perfil ambos nos acariciamos, preámbulo juguetón del frenesí. Bajas tu mano comprobando que estoy listo por si apeteces el encuentro. Última noche. Se cruzan las miradas, sabes muy bien lo que está por venir, aumentan las pulsaciones. Abrázame, permanece así te susurro, no me vayas a soltar. Mañana es la despedida...

1 comentario:

grettel j. singer dijo...

me encantó. muy sensual y sugerente.