Pequeños recuentos
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4:50 p.m.
De elucubraciones,encuentros y antojos
El señor 42
Efectos nocturnos por saturación de información.Tiempo estimado: 3 semanas
BOSQUEJO 3
Estaba solo en mi casa mirando desde la ventana que da a la calle, el cielo era de una tonalidad rara entre naranja, morado y azulado. Eran como las 7:30 p.m. los ruidos en el cielo me alertaron inundando de una sensación demasiado extravagante mi cuerpo para definirlo como miedo. Pasaron cerca de 15 ovnis sobrevolando el barrio donde vivo iluminando sigilosamente con luz halógena las calles como patrulla fronteriza. Me agachaba con pavor desmesurado para no ser descubierto, los sonidos intergalácticos se acercaban a la ventana, las luces entraban a la habitación y yo ya estaba muerto de nervios. No se en qué momento salí por la parte trasera de la casa y ya me encontraba en la playa, había muchísima gente, trataba de decirles que los ovnis venían pero no podía sacar palabra por la boca. Todos esbozaban gestos pero nadie hablaba, gritaba con demencia pero no escuchaban -me encontraba en una playa autista? o qué se yo -. Noté una rara y deformada apariencia entre los presentes, a simple vista se veían normales, pero la sorpresa fue percatarme de que todos tenían la cabeza al revés (parte frontal del rostro sobre la parte posterior del cuerpo),es decir, donde debería estar nariz, ojos, boca, se encontraba la cabellera y a la inversa. Me horrorizé y desperté espantado...
BOSQUEJO 4
Estaba sentado en la parte trasera del salón de clases, garabateaba la butaca con obscenidades grotescas propias de la pubertad que experimentaba. Me decía mi cuate el Chavez que la cascarita estaba lista para las 10:20 a.m. hora del recreo, reiamos y nos burlabamos del buen amigo verruga atestándole con bromas acerca de las protuberancias en sus manos morenas de mexica. Entró la maestra de inglés y no recuerdo que decía, por la flojera que nos producía la clase nos salimos escapando al patio central. Ya en el patío, empezó un desfile de uniformes parlando por doquier, entre la multitud alcanzaba a ver a dos ex-novias (conocidas en la universidad) platicando jocosamente con mis archienemigos de la escuela. Extrañeza y rabia se hicieron presente ante la duda de cómo carajos conocían a esos bellacos si aún faltaban años para que yo me vinculara con ellas, se reian de mí a unos metros mientras se dejaban acariciar y besuquear por aquellos tipejos (entró mi raciocinio en acción y supe que estaba soñando). Arremetí con dos puñetazos al par de granujas y mis manos se tornaron similares a las del ilustre Gael en la ciencia del sueño, que buena madriza les propinaba mientras mis futuros amores maldecían mi acción... desperté enojado.
Sucesos apócrifos
Una vez me correteo el He-Man!!!
Falling safely to the ground
Mi abuela ya está de nuevo en Xalapa en un lugar que le rentaron mis padres. Ayer vi su mirada que denotaba algo de melancolía -me conmueve mucho el semblante de una persona de edad avanzada- parece que vislumbran más cerca el final.
El espectador
El peso de una sociedad enajenada gana la batalla y sigue operando la neurosis grupal por alcanzar cosas,cosas,cosas,cosas en la distancia. Repulsión y lástima llegan de repente por todos lados acaparando los sentidos.Todo se vuelve en exceso maleable para su dicotomía,hasta el punto de convertirse en simple marioneta dentro del espectáculo avasallador de burlas gastadas.
Carretera y música
El rompecabezas
Oscilando...
Pausas
Hombres,animales ó un poquito de los dos...
- Tranquilo cabestro, vamos a una de las celebraciones más imbéciles de toda la historia.
- Pues nosotros somos parte del encierro, el cual es una carrerita próxima a un kilómetro y que debemos cruzar con nuestro aire de ferocidad llevándonos entre las patas a los valientes - más bien imbéciles - que en ella se atreven a correr como tratando de probar algo y realmente no sé bien qué; pero ya sabes cómo es el ser humano para este tipo de celebraciones patrioteras que no caen más que en la futilidad de su condición, cuestión que nosotros los animales no debemos reprobar debido a que carecemos de inteligencia y sentido común...
Gran final
El interruptor
Contrastes
Hace unos días venía en el camión rumbo a mi casa, era una tarde nublada y lluviosa, situación que me desagrada totalmente. Sentado en la butaca me hice participe de las conversaciones de los que allí se transportaban conmigo, a falta de música en los oídos, comenzé a hojear una revista que acababa de comprar, pero no leí más allá de una página porque me suelo marear cuando leo en movimiento. A través de la ventanilla observaba los lugares por los que suele atravesar la ruta, árboles, casas, semáforos, ví a un perro echado afuera de una carnicería, el cual me dio mucha risa porque con el deambular de la gente se encontraba tan tranquilo, como aquel que se encuentra de vacaciones esperando un coctel de bienvenida.
En vela
De prisa, porque no hay tiempo...
En el supermercado
La vida es así, un corredor lleno de múltiples productos, sensaciones, momentos, sabores, experiencias que nos llevan de un lugar a otro. Lo desconcertante en ocasiones es que por lapsos de tiempo indefinido, tenemos ante nosotros un mar de opciones - unas más llamativas que otras - las cuales, cada quien por propias intuiciones no toma y escojemos lo que ya conocemos; o en su defecto tomamos otro producto y con el paso del tiempo se va tornando en lo que ya conociamos dejándonos como al principio de aquel descubrimiento o más confundidos aún.
Por eso me gusta ir al centro comercial, porque cada vez que estoy ahí y con quien vaya, doy inicio a mis pequeñas observaciones en los rostros de la gente que está pensativa en lo que va a tomar y llevarse a casa. Me gusta hacerme la idea de que están escogiendo el rumbo de sus vidas, me gusta pensar por ellos cuando toman un producto diferente al acostumbrado creyendo que va a cambiar el curso de su destino a sabiendas que en un lapso determinado de tiempo se hartarán del mismo y buscarán algo más, que los haga sentir nuevos otra vez. Es como pasar por cada pasillo, deleitarse con el mar de colores y sabores, escoger - dejar, equivocarse - acertar, soñar - despertar, reir y llorar el enigma de la cosas que nos va llevando de un corredor a otro, tratando de decifrar el acertijo de la vida misma y pareciera en ocasiones el " Eterno retorno" del buen Nietzsche.
Lecturas
Viernes por la noche
Rutina
Instantes
Turistear legislativamente
Tardes con Mew
A triumph for man (1997)
Half the world is watching me (2000)
Frengers (2003)
And the glass handed kities (2005)